Entre mulas y arrieros, por caminos empedrados y llenos de fango, en las brumosas y frescas mañanas de la vereda El Turro de Betulia, Antioquia, la finca La Alegría despierta cada día con el aroma profundo del café recién tostado y el susurro de una montaña que guarda secretos de generaciones. En 1973, el abuelo Antonio González —hombre de carácter firme, manos curtidas y mirada que imponían respeto — entregó con orgullo el legado de su tierra a su hijo, José Ignacio, un soñador incansable, sabio campesino, de espíritu inquieto y manos grandes, quien transformó cada grano en un acto de amor, cultivando con inteligencia y pasión, y honrando así la herencia de su padre. . Hoy, ese legado sigue vivo. Uno de los hermanos González cuida con devoción lo que ahora llaman Los Nogales, una finca donde la tradición y la innovación se dan la mano. Él, campesino noble y amante del café, recorre los surcos como quien cuida un jardín sagrado, protegiendo cada planta como si fuera un tesoro heredado del alma. Él que también es estratega, creativo y narrador de su linaje, transforma la historia familiar en cada taza, proyectando al mundo el valor de sus raíces. . De la Finca Coffe nace de este encuentro entre pasado y futuro, tradición y visión. Es un café artesanal, cultivado a 1.650 metros sobre el nivel del mar en suelos fértiles y cargados de vida. Cosechado a mano, grano a grano, con el mismo respeto que se le tiene a la tierra, este café despliega en la boca notas dulces de panela, frutas amarillas y chocolate, con una sensación aromática que recuerda el maracuyá, una acidez media vibrante, y un final frutal que despierta los sentidos y emociona el alma. . Este no es solo un café: es la historia de una familia, una tierra viva y un legado que se honra en cada sorbo. De la Finca Coffee es café con alma. Café que cuenta. Café que trasciende.
Mira el proceso completo desde el árbol hasta tu taza.